jueves, 14 de abril de 2011

TRES HISTORIAS ANTES DE PESAJ 3 Segulot para tener todo lo necesario para Pesaj

(Del libro “Jasdei David Haneemanim”, Tomo 10 hoja 143 y siguientes. Hitvaadut 28 de Marjeshvan 576

Hay tres historias que acostumbran contar los jasidim de Polonia antes de Pesaj. Y la segulá de estas tres historias es para que haya todo lo necesario para la festividad en abundancia para todo el que las cuente.

Una es de las historias de Rabí Elimelej, y las otras son simplemente historias jasídicas, “sin Rabi”.

PRIMERA HISTORIA: “EL RABI ELIMELEJ, EL JASID Y EL LICOR”

Uno de los jasidim de rabi Elimelej era un comerciante de bebidas alcohólicas, vendía iesh . Antes de la festividad de Pesaj preparaba el jasid un gran tonel de iesh que acostumbraba llevar más allá de la frontera, lo vendía y de las ganancias compraba y preparaba todas las provisiones para Pesaj. Ese año, viajaba el jasid en una carreta con su tonel de licor, y mientras trataba de atravesar la frontera, lo atraparon los guardias fronterizos y le secuestraron la preciada carga.

Así, el jasid se encontró en una situación muy difícil, porque todo su dinero lo había invertido en el licor, y si no podía vender el tonel de iesh , se quedaba sin un centavo, y cómo traería todo lo necesario para Pesaj? Enseguida regresó el jasid y corrió a ver a su Rebe, rev Elimelej, y le contó con lágrimas amargas lo que le sucedió y su difícil situación económica, pidiendo escuchar el consejo del Rebe. Rabi Elimelej le dijo que vuelva a donde los guardias fronterizos, les explique que hubo un error, y no es un tonel de iesh sino de agua!

El jasid, que era un verdadero jasid, hizo lo que le dijo el Rebe, y volvió a donde los guardias fronterizos sin oponer objeciones, y les dijo que ese era un tonel de agua y simplemente tenían que probarlo, etc. Los guardias lo probaron, y efectivamente era sólo agua, y enseguida le devolvieron el tonel al jasid , que se apuró a devolver su propiedad a la carreta regresando inmediatamente a lo del Rebe Elimelej. Esta vez la situación no se presentaba para nada mejor, casi diríamos que al contrario.

Entró el jasid a lo del Rebe y comenzó a llorar nuevamente con amargas lágrimas: “tenía un tonel de iesh , que tendría que haber vendido y con las ganancias comprar todo lo necesario para la festividad de Pesaj, y ahora que el tonel se convirtió en un tonel de agua, me quedé sin una moneda, y de dónde conseguiré las provisiones para la festividad?

El Rebe sólo le dijo, prueba también tú también del tonel. El jasid probó y descubrió que en verdad era iesh de primera calidad. Y el iehudí tuvo todo lo necesario para la festividad de Pesaj con gran abundancia.

Hasta aquí la primera historia de las tres que se cuentan como segulá para conseguir todas las provisiones para la festividad de Pesaj con abundancia.

SEGUNDA HISTORIA: “EL IEHUDÍ, EL REY, EL ANILLO Y EL CURA DAIEINI ”

Cierta vez el rey perdió su valioso anillo que costaba una enorme fortuna, y era muy preciado en el corazón del rey. Tan preciado era el anillo para el rey que asignó gran parte de su fortuna para cubrir por adelantado todos los gastos de aquel que se comprometiera a buscar el anillo. Esto se difundió en todo el país, y llegó también a los oídos de un judío simple y muy pobre, que vivía en ese país. Eran los días del mes de Nisán, se aproximaba la festividad de Pesaj y se necesitaban muchas provisiones, pero el iehudí no tenía con qué comprar lo necesario para la festividad.

Le dijo su esposa: “esposo mío, hemos oído que el rey da con mano generosa a quien se comprometa a buscar su anillo, ve tú también inmediatamente al palacio del rey y anuncia que estás dispuesto a ocuparte en la búsqueda.

El rey se alegró al escucharlo e inmediatamente le entregó dinero con holgura, y el iehudí volvió a su casa, compró todo lo necesario para la festividad y se acomodó junto con su familia para festejar la noche del Seder con gran alegría. Y por supuesto, se olvidó del rey, del anillo, de la búsqueda… etc.

Había en ese lugar un cura taimado, consejero del rey cuyo nombre era Daieini . Siguió el rastro del iehudí y comprendió exactamente lo que estaba sucediendo, y como además odiaba a los judíos, enseguida reveló a oídos del rey que el judío lo engañó, tomó todo el dinero, compró con él las provisiones para la festividad de Pesaj y no tenía interés ni intención alguna de buscar el anillo perdido. El rey no se convenció inmediatamente de las palabras del cura. Entonces fueron ambos a la casa del judío para ver cómo buscaba el anillo, y si en verdad eran ciertas las palabras del cura.

Parados el rey y el cura por fuera de la casa, espiaron desde la ventana, oyeron y vieron al judío y a toda su familia festejando la noche del Seder, diciendo las estrofas del poema Daieinu “suficiente para nosotros”, de la Agadá de Pesaj.

Y eran de esos judíos de Galitzia (Europa del Este) que no pronuncian daieinu , sino daieini .

El dueño de casa cantaba de solista las partes que dicen Hilu hotzianu miMitzraim, velo hasa baem shefatim, “si nos hubiera sacado de Egipto y no nos hubiera hecho maravillas…”, y el resto de la familia contestaba a coro a continuación a viva voz: “ Da, daieini, da, daieini …”

El rey escuchó por detrás de la ventana que el judío le habla a los invitados, y todos le respondían Daieini , Daieini , y así una y otra vez. Entonces el rey se convenció de que el judío sí había investigado y le estaba preguntando a los invitados de la noche del seder de Pesaj si sabían dónde se encuentra el anillo preciado del rey. Él preguntaba y todos le respondían: “ Daieini, Daieini ” una y otra vez.

La situación era que estaban parados allí el rey y el cura Daieini , y cuanto más gritaban los de la casa daieini , daieini , en el rey se reforzaba la sospecha en su consejero, y la cara del cura se congeló (“ jafu ”, como el malvado Hamán de Purim). Llamó el rey a los guardias, apresaron al cura, y después de que lo encarcelaron el cura Daieini confesó que había robado el anillo preciado del rey, y su final fue colgado de un poste. Y el iehudí tuvo todo lo necesario para la festividad de Pesaj con gran abundancia.

HISTORIA TERCERA: “EL IEHUDÍ, EL TERRATENIENTE Y EL MONO”,

Había una vez un judío creyente, ingenuo y simple, que ganaba su vida con una cantina que alquilaba al terrateniente del lugar. El terrateniente era amable con el judío, y cierta vez que se encontraron le preguntó: ¿De dónde viene tu sustento? Por supuesto, el terrateniente quería escuchar cómo el judío le agradecía que el sustento provenga de él, pero el judío creyente e ingenuo le contestó diciendo: “mi sustento viene de El Santo Bendito Sea”.

Escuchar esta respuesta del judío molestó un poco al terrateniente, y no satisfecho comenzó a preguntar una y otra vez la misma pregunta de distintas formas, con la esperanza de escuchar en su respuesta alguna insinuación de la bondad de terrateniente por alquilarle la cantina. Pero el judío era por cierto muy simple y no llegó a hacer ninguna insinuación, y cada vez que le preguntaba de dónde viene su sustento, volvía a acentuar el judío que su sustento viene directamente de HaKadosh Baruj Hu, y de nadie más que HaKadosh Baruj Hu.

El terrateniente se enojó entonces con el judío y le dijo, siendo que no sabes quién te está haciendo el bien y te da el sustento, tendrás que desalojar la cantina y encontrar sustento de otra manera. Entonces, el judío se quedó viviendo en el mismo lugar, pero se le prohibió tener la cantina, por lo que antes de la festividad de Pesaj se encontró sin sustento y sin un centavo para comprar las tantas cosas necesarias para la festividad.

El terrateniente tenía un tesoro en el sótano de su casa, y allí había muchas monedas de oro de mucho valor que le encantaba contar. Así, cada día entraba a su tesoro, contaba sus monedas con gran pasión y las pulía para que se vean perfectamente las imágenes grabadas sobre las monedas. El terrateniente escupía sobre las monedas y las frotaba con un paño. Esa era la costumbre del terrateniente de ocuparse en sus monedas día a día.

No era un terrateniente cualquiera, era de “los más importantes del país”, y solía tener en su casa un mono, un mono de verdad que lo llevaba a donde fuera. Como es sabido, la naturaleza del mono es imitar a las personas que ve. Y así, el mono veía una y otra vez cómo el terrateniente acercaba las monedas a la boca, escupía sobre ellas con deleite y las frotarlas con gran placer. Siendo que el mono al final de cuentas es sólo un mono, concluyó para sí que seguramente el terrateniente se comía esas monedas sabrosas y brillantes. Cierta vez el mono bajó al sótano del tesoro, y comenzó a devorar las monedas, comió y comió hasta que cayó muerto.

Cuando bajó el terrateniente y vio al mono muerto, enseguida se le ocurrió hacerle una broma al judío de la cantina. De tal manera, en la víspera de Pesaj, el terrateniente envió a su sirviente para arrojar al mono muerto dentro de la casa del judío. El sirviente cumplió la orden de su amo, y enseguida desapareció de allí pensando para sí mismo, judío estúpido, esta es tu parte para la festividad de Pesaj.

Cuando aterrizó el cadáver del mono en el piso de la casa del judío, se desgarró su panza y de su interior se desparramaron todas las monedas de oro por el salón. Al ver semejante visión, el judío tomó las monedas de oro y compró abundantes provisiones para Pesaj, y feliz y contento se sentó con su familia para celebrar la festividad.

Al oscurecer, se acercó a gateando el terrateniente a la casa del judío y espió por la ventana para ver cómo festejaba la noche de Pesaj. Y he aquí que vio una mesa repleta de los mejores manjares, las velas encendidas y gran cantidad de invitados, todo disfrutando y cantando felices.

El terrateniente no entendía nada, ¿de dónde consiguió toda esa abundancia?!. Entró el terrateniente a la casa del judío y simplemente le preguntó cómo consiguió todo esto Y el judío, que como dijimos era ingenuo al extremo, le contó que alguien pasó y le arrojó un cadáver de mono dentro de su casa, del cual salieron monedas de oro, y con ellas compró todo lo que necesitaba para la festividad.

El terrateniente comprendió lo que pasaba, y no tuvo más que reconocerle al judío que efectivamente su sustento viene directamente de HaKadosh BarujHu. Y el iehudí tuvo todo lo necesario para la festividad de Pesaj con gran abundancia.

MEDITACIÓN

Por lo tanto, si recibimos de los primeros tzadikim, en la tradición que pasó a través de los discípulos de rev Elimelej, contar esas 3 historias antes del seder, y es una segulá para tener todo lo necesario para Pesaj en abundancia, hay por supuesto también un secreto que se refleja en el orden de las historias.

Ya vimos que la primera es una historia de Rabi Elimelej, y las otras dos son de judíos simples. La segunda historia es especial en que por el mérito de la esposa vino el sustento al iehudí. El buen judío escucha a su esposa, y hubiera pensado que esa pareja es la reencarnación de Abraham y Sará, salvo que aquí se insinúa un orden diferente. Las tres historias en esencia corresponden a los tres patriarcas, Abraham, Itzjak e Iaacov.

La festividad de Pesaj cae en el mes de Aviv, de la primavera, y hay un despertar de todos los patriarcas, siendo que el principal es nuestro padre Abraham, el padre especial de la Festividad de Pesaj.

Aviv, primavera es ???? : ???"? son las letras ?"? ?"? , siendo que ? y ? = 3, los tres patriarcas.

?"? = 12. Son las ?"? ???? ?"? , iud bet shivtei Ki”a, “las doce tribus de Dios”.

Además Aviv es de guematria 15, la guematria del nombre de Dios Ki”a, ???"? = ?"? .

Y en consecuencia en Pesaj, en la primavera, hay una interinclusión de los 3 patriarcas.

La primera historia, “El Rabi Elimelej, el jasid y el licor”, en donde el tzadik textualmente, corresponde al hombre más grande entre los gigantes, Abraham Avinu. Y es sabido que los alumnos de Rabi Elimelej lo alababan y honraban igual que al Baal Shem Tov. Abraham Avinu también está a nivel de El”i, ??"? , y también Melej, “rey”. En la Biblia Elimelej es “Elimelej el esposo de Naomi”, por eso también el libro con sus enseñanzas se llama “Noam Elimelej”, en nombre de Naomi y Elimelej.

En la costumbre escrita en la impresión de este libro figura que desde “Elimelej el esposo de Naomi”, hasta el Rabi rev Elimelej no hubo uno tan grande en Israel llamado con el nombre Elimelej. Desde Elimelej hasta Elimelej no hubo como Elimelej (parafraseando lo dicho sobre el Rambam, Moshé ben Maimón).

Entonces esta historia corresponde a Abraham Avinu, así surge al leer estas tres historias.

El asunto de a segunda historia, “El Iehudí, el Rey, el anillo y el Cura Daieini”, es del iehudí y la iehudiá que van al rey para conseguir lo necesario para la festividad y olvidarse de toda obligación de buscar el anillo. Y por el mérito de esta inocencia Hashem hace desencadenar todo para bien, y de forma milagrosa. Y además de esto, también matan quien los odia. Entonces, esto es seguro a un nivel de guevurá , rigor, la cualidad de Itzjak Avinu y su esposa es Rivka nuestra patriarca, “Y rogó Itzjak a Hashem en presencia de su esposa”.

La tercera historia, “El iehudí, el Terrateniente y el Mono”, es el más ingenuo de todos, en que el judío simple e ingenuo no se da por aludido con el terrateniente, y él es hijo ingenuo, tam , de la noche del Seder. Y en consecuencia, esta historia corresponde a Iaakov nuestro patriarca “Ish Tam ioshev ohalim”, “hombre inocente que habita en las tiendas”. Y cuando se le pregunta quien le da su sustento, siempre su respuesta es “El sustento viene a mí directo de HaKadosh Baruj Hu”.

Y que sea Su Voluntad que por el mérito de estas tres historias, haya para todos en abundancia para la festividad de Pesaj, y ahora enseguida obtengamos todos el gran tesoro material y espiritual, salir enseguida en pos del rey Mashíaj, que vendrá y nos redimirá ya, ahora mismo, mamash, ??? .

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